miércoles, 18 de septiembre de 2019

NOVELA HISTÓRICA


Resultado increíble hecho por un grupo de admiradores de la Historia. Un curso impartido por el profesor Manuel Avilés auspiciado por la Universidad de Alicante.

martes, 10 de septiembre de 2019

CUANDO EL AMOR SE MUERE

Eran ya los últimos días del mes de julio y el calor insistía en ser cada vez más sofocante, presentía que la relación al igual que el primer  verano, iba a fenecer. En su cabeza los pensamientos se enzarzaban en una dura y cruel lucha, al llegar la noche las jaquecas dominaban el campo de batalla.

Así un día y otro hasta que consiguió divisar una realidad clara y meridiana, no podía soportar sus continuas mentiras sobre las infidelidades que mantenía, aunque estas fueran  transparentes como el agua, todo era válido, todo antes que claudicar.

La embargaba una inmensa tristeza cuando reflexionaba sobre ello, lo que la hundía más y más en un profundo pozo lleno de amargura. El amor, cuando ambos luchan en la misma dirección y con un mismo objetivo, sale reforzado de la crisis, pero cuando es una parte solo la que denodadamente se esfuerza por salvarlo, de antemano sabe que todo está perdido, aún así  decidió seguir en la lucha mientras le quedara un halo de energía. Aunque las expectativas fuesen poco halagüeñas.

Cuando sus fuerzas se agotan,  el  instinto de supervivencia  reacciona, la tristeza y la melancolía la desbordan,  de sus ojos brotan abundantes lágrimas como los arroyos en el deshielo de la primavera.

Siente que su corazón ha muerto, está hecho pedazos,  nunca será el mismo de antes, fuerte y lleno de emociones, capaz de abrirse a la llegada de un nuevo amor.

El tiempo pasa lento e inexorable, sin embargo es un bálsamo curativo que poco a poco cicatriza. Cada día se siente más vital, capaz de asimilar la otra cara del amor, necesita unir de nuevo esos trozos y buscar un aliciente donde  hallar la serenidad y un hermoso horizonte.

La soledad le agobia, es muy dura, durísima, cuando abre la puerta de casa y todo permanece cual lo dejó, el silencio adquiere un volumen infinito,  un peso invisible y lúgubre se apodera de ella, y la tristeza que se agolpa en sus ojos y se desbordan cual pequeños riachuelos. Ahí es donde la fuerza es más necesaria, pues si busca una persona que le alivie la carga, la convivencia finaliza antes de comenzar, y se equivocará de nuevo.

 Eso lo recordaba a menudo cuando flaqueaba, no deseaba algo pasajero, para no sucumbir a la tentación se decía: “ Si tiene que llegar, vendrá solo en el momento adecuado y en el que esté preparada para recibirlo, si no pasará por mi lado y no sabré reconocerlo”.

Han pasado tres años, sus ojos vuelven a brillar, llenos de esperanza, sin prisa por ser amada, ahora sus labios sonríen con confianza y su actividad literaria está en su etapa más productiva, se siente feliz con sus letras y compromisos, su alma está curada y su corazón repuesto de tanta desdicha.

No tiene prisa, todo a su alrededor transcurre lento y la realidad se ha convertido en su observatorio de los comportamientos humanos, que va madurando en su mente hasta plasmarlos en los temas de sus relatos.

El tiempo siguió pasando y por fin llegó el amor, en silencio, calmado como el mar al atardecer en una plácida tarde de verano, pero con la misma fuerza  avasalladora que las olas en pleno temporal.

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