jueves, 26 de octubre de 2017

REBELIÓN


 Estoy cansada de intentar una y otra vez subir fotos al blog y no poder, será que la técnica se rebela contra mí, o que desde que estoy en “los madriles” tengo que sentarme de madrugada para que el portátil obedezca mis órdenes.

      Sólo lleva diez días fuera de su cómoda mesa en la que se sentía protegido, admirado y con todo su equipo mimándole, y ya ha decidido rebelarse ante tanto trasiego: que si ahora en el despachito con la mesa de cristal encajonada y la lámpara negra sobre él, que si luego en la mesa blanca de la habitación que compartimos con la tele y la play, luego otro rato en el dormitorio de la niña,  con la enorme y robusta mesa de pino (que tiene más años que Matusalén) ¡la de libros estudiantiles que ha soportado! Y no es eso lo peor… si no ¡los que le quedan por aguantar!

     Quizás por ello se rebela o quizá es su forma de decirme: vámonos a casa, que apenas pasas tiempo en mi compañía y echo de menos las caricias de tus dedos, tu voz cuándo reflexionas sobre el cuento de turno, o cuando te enfadas y me cierras de golpe por que no encuentras las palabras exactas para expresar lo sentimientos.

     Añoro tus charlas a través de Skype con tu prima, la que se encuentra en el continente africano… siempre te hacen sonreír,  a veces escucho las sonoras carcajadas por las ocurrencias irónicas de ambas y que sólo vosotras comprendéis.

      Todo esto para terminar diciendo: ¡Llévame a casa!!

     

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