Debajo de la capa de Luis Candelas…. Es el
primer verso de la canción que desde niña escuchaba en la radio, al igual que
otras muchas de la que se dio en llamar canción española o familiar “la copla”,
todas ellas encierran un poso de veracidad.
No solo hubo bandoleros andaluces que sus
“hazañas” han llegado hasta nosotros, también
en Madrid aunque el más conocido sea Luis Candelas Cajigal que nació el
nueve de febrero de 1804 en la calle del Calvario del barrio de Lavapiés era el
tercero de los hermanos.
Su padre regentaba una carpintería y pudo
darle estudios en el colegio de S. Isidro fue expulsado a causa de que un
clérigo le dio una bofetada y él respondió con dos.
Siguió leyendo todo lo que caía en sus
manos le gustaba vestir bien y ser educado pero a los quince años hizo su
primer robo fue detenido y luego
apresado en la cárcel de la Villa por deambular
de madrugada por la Plaza de Santa Ana.
A los diecinueve años murió su padre por
ello se dedicó a ser librero duró poco tiempo pues fue condenado a seis años de
cárcel por robar dos caballos y una mula.
Entre 1823 y 1830 se dedicó a conquistar
mujeres y vivir de ellas, era un D. Juan de la época he recogido una reseña de
su aspecto: “ Era moreno, bien parecido, dientes blancos, con patilla
ancha y flequillo bajo el pañuelo, bien afeitado, calañés, faja roja, capa
negra, calzón de pana y calzado de mucho tirar.”
Después se dedicó al latrocinio y tuvo dos
duelos uno contra Paco El Sastre, a partir de entonces se convirtió en su mejor
amigo y le hizo ganarse el respeto de los barrios de Madrid.
En 1835 formó una cuadrilla de diez
componentes con los que se reunía en la taberna del Cuclillo y en la taberna de
Jerónimo Morco entre otras donde les ofrecían buen vino, buenas “cantaoras”,
escondite y compañía femenina.
Sus fechorías cada vez más arriesgadas y
mayor botín conseguidas por su ingenio fueron cantadas por los madrileños; su
doble vida de indiano adinerado y respetado de día con su falso nombre “Luis
Álvarez de Cobos” y por la noche salía por la puerta de atrás como rey de los
bajos fondos.
En una de sus visitas a la cárcel conoció al
político Salustiano de Olózabal al que ayudó a escapar. Agradecido al bandolero
le inició en la masonería en la “Logia Libertad” Luis lucía una capa negra
símbolo de los masones.
Tres mujeres marcaron su vida, se casa en
los carnavales de 1827 con Manuela viuda de veintitrés años que también pasó
por la cárcel, durante la luna de miel vieron que no eran compatibles y Luis la
abandonó ese mismo año.
L a segunda Lola la naranjera que según la
tradición era amante de Fernando VII y por último Clara joven de clase media
con la que se fue a vivir a Valencia donde siguió robando.
Asaltó a la modista de la reina en su taller y al embajador de Francia
en su diligencia, huyó con Clara hacia Inglaterra pero al llegar a Gijón ella
no quiso seguir y decidieron volver a Madrid.
Fue detenido y juzgado el dos de noviembre
de 1837 siendo condenado a morir a garrote vil, pidió clemencia a Mª Cristina
de Borbón siendo denegada.
Murió el seis de noviembre de 1837 con
treinta y tres años, cuando estaba al pie del garrote dijo la frase: “¡Adiós
Patria mía, sé feliz!”
Existe una taberna en Madrid llamada “La
cueva de Luis Candelas” que nos lleva
aquella época digna de visitar y aviso “cuidado con las carteras”.
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