sábado, 25 de noviembre de 2017

EL CAÑÓN DE RÍO LOBOS

      La ermita de San Bartolomé de construcción de un románico tardío data del siglo XII fue refugio de los Caballeros Templarios. los misterios esotéricos que la orden se trajo de Tierra Santa algo más que unas cuantas reliquias.

    Una bella muestra es el rosetón de seis corazones entrelazados, que  presenta muchas similitudes con el símbolo judaíco del Sello de Salomón, y que podría estar vinculado con la leyenda del Grial y con la orden de los caballeros Templarios. Sobre San Bartolomé se ha dicho que se encuentra casi a la misma distancia de los cabos de Creus y de Finisterre, que una de sus ventanas está orientada a la constelación de Sagitario la noche de San Juan y que un rayo de luna ilumina esa misma noche una losa con un extraño símbolo en el suelo.

     Este misterio no puede comprenderse sin la cueva que se abre en la misma pared de enfrente, y en la que muy probablemente, se celebraban rituales de carácter pagano desde tiempos prehistóricos.

 Muchas de las ermitas e iglesias medievales fueran levantadas en las proximidades de cuevas y simas, de entradas a un mundo subterráneo que sin duda serían objetos de elevación espiritual, recuerdos lejanos de un culto trasunto de la madre tierra, la mítica Gea, Hera griega o la Astarté fenicia.

   Por el fondo del cañón llega hasta el puente de los Siete Ojos, tras un recorrido de unos 14 kilómetros, atraviesa algunos enclaves de solitaria belleza como la cueva negra.     El mirador de la Galiana, unos tres kilómetros por encima de la entrada principal, desde el que disfrutaremos de una magnífica panorámica. Las choperas resultan especialmente vistosas en otoño, vistas desde aquí, serpenteando de forma continúa entre los roquedos.

    La formación del cañón reside en  la piedra caliza, muy blanda y expuesta a la erosión del agua de rios y torrentes, que han abierto profundas grietas en la tierra, filtrándose por doquier. Como consecuencia de estas filtraciones se han originado multitud de cuevas en el curso del rio Lobos, algunas de ellas de kilómetros de profundidad; si es nuestro deseo iniciarnos en la espeleología, podemos conocer la cueva Palomera, una de las más interesantes.
Ésta maravilla natural se encuentra en la provincia de Soria, próxima a El Burgo de Osma.

  

 

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