miércoles, 30 de septiembre de 2015

A LAS ORILLAS DEL SAR

            Poema (Extracto)
¿Que cuándo le ha olvidado?
¿Quién lo recuerda en la mudable vida,
Ni puede asegurar si es que la herida
Del viejo amor con otro se ha curado?
¡Transcurrió el tiempo! –inevitable era
Que transcurriese-–,y otro amante vino
A hacerse cauteloso su camino
Por donde el muerto amante ya lo hiciera.
 
        Rosalía de Castro.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Poesía


 Amor constante más allá de la muerte...
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas, que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán cenizas, mas tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
 
F. de Quevedo

sábado, 26 de septiembre de 2015

Poesía

Amante agradecido a las lisonjas mentirosas de un sueño

¡Ay, Floralba! Soñé que te... ¿Dirélo?
Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
juntara tanto infierno a tanto cielo?

Mis llamas con tu nieve y con tu yelo,
cual suele opuestas flechas de su aljaba,
mezclaba Amor, y honesto las mezclaba,
como mi adoración en su desvelo.

Y dije: «Quiera Amor, quiera mi suerte,
que nunca duerma yo, si estoy despierto,
y que si duermo, que jamás despierte.»

Mas desperté del dulce desconcierto;
y vi que estuve vivo con la muerte,
con la vida estaba muerto.

 
    F. de Quevedo

jueves, 24 de septiembre de 2015

Poesía de G. de la Vega

                                          Escrito está en mi alma vuestro gesto,
        y cuanto yo escribir de vos deseo; 
         vos sola lo escribisteis, yo lo leo 
              tan solo, que aun de vos me guardo en esto. 
 
En esto estoy y estaré siempre puesto; 
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, 
de tanto bien lo que no entiendo creo, 
tomando ya la fe por presupuesto. 
 
Yo no nací sino para quereros; 
mi alma os ha cortado a su medida; 
por hábito del alma mismo os quiero. 
 
Cuando tengo confieso yo deberos; 
por vos nací, por vos tengo la vida, 
por vos he de morir, y por vos muero.
 

martes, 22 de septiembre de 2015

A una adúltera (poesía)

           A una adúltera
 
Sólo en ti, Lesbia, vemos que ha perdido
el adulterio la vergüenza al cielo,
pues que tan claramente y tan sin velo
has los hidalgos huesos ofendido.

Por Dios, por ti, por mí, por tu marido,
que no sepa tu infamia todo el suelo:
cierra la puerta, vive con recelo,
que el pecado nació para escondido.

No digo yo que dejes tus amigos,
mas digo que no es bien que sean notados
de los pocos que son tus enemigos.

Mira que tus vecinos afrentados,
dicen que te deleitan los testigos
de tus pecados más que tus pecados.

 
                                            F, de Quevedo.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Según Lope

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste,
humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Lope de Vega

Definición del amor

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

                                           F. de Quevedo.

Fuente de los Luceros



domingo, 13 de septiembre de 2015

Hermosuras diferentes



sábado, 12 de septiembre de 2015

Leyenda


                                                    EL  MONTE  DE  LAS  ÁNIMAS
 
  La noche de difuntos me despertó a no sé que hora el doble de las campanas; su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria.
  Intenté dormir de nuevo; ¡imposible! Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la rienda. Por pasar el rato me decidí a escribirla, como en efecto lo hice.
  Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo cuando sentía crujir los cristales de mi balcón, estremecidos por el frío de la noche.
  Sea de ello lo que quiera ahí va, como el caballo de copas.
 
–Atad los perros; haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores y demos la vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día de Todos los Santos y estamos en el monte de las ánimas.
 ¡Tan ponto!
–A ser otro día, no dejara yo de concluir con ese rebaño de lobos que las nieves del Moncayo han arrojado de sus madrigueras; pero hoy es imposible. Dentro de poco sonará la oración de los Templarios, y las ánimas de los difuntos comenzarán a tañer su campana en la capilla del monte.
-¡En esa capilla ruinosa! ¡Bah! ¿Quieres asustarme?
-No hermosa prima, tu ignoras cuanto sucede en este país, porque aún no hace un año que has venido a él desde muy lejos. Refrena tu yegua, yo también pondré la mía al paso, y mientras dure el camino te contaré esa historia.
  Los pajes se reunieron en alegres y bulliciosos grupos; los condes de Borges y de Alcaudiel montaron en sus magníficos caballos, y todos juntos siguieron a sus hijos Beatriz y Alonso, que precedían la comitiva a bastante distancia.
  Mientras duraba el camino, Alonso narró en estos términos la prometida historia.
-Ese monte que hoy llaman de las ánimas, pertenecía a los Templarios, cuyo convento allí a la margen del río. Los Templarios eran guerreros y religiosos a la vez. Conquistada Soria a los árabes, el rey los hizo venir de lejanas tierras para defender la ciudad por la parte del puente, haciendo en ello notable agravio a sus nobles de Castilla; que así hubieran solos sabido defenderla como solos la conquistaron.
  Entre los caballeros de la nueva y poderosa Orden y los hidalgos de la ciudad fermentó……..
 
 
La leyenda continúa si te interesa como finaliza búscala en el libro Leyendas de D. Gustavo Adolfo Bécquer al que la mayoría solo conocemos por sus románticas Rimas.
 
 
 Además de Bécquer, Machado, Gerardo Diego, Gayo Nuño, Dionisio Ridruejo, también están, Baroja, Pérez Galdós  entre otros. Que se han inspirado en la ciudad de Soria y su provincia.