jueves, 28 de abril de 2016

EL SUEÑO DE POLIFILO

     Es uno de los libros más curiosos y enigmáticos ocultan una rara hermosura, un anhelo de perfección, sabiduría y belleza bajo la influencia del amor desde el siglo XVI se ha visto con misterio y esoterismo.

Contiene una amalgama de conocimientos arqueológicos, arquitectónicos, litúrgicos, gemológicos y culinarios; que hasta hoy está envuelto en misterios.

A partir del siglo XVI aparece citado en la obra de Francois Rabelais, en pintura El enigma del cuadro, También Cervantes, Alejandro Dumas, Julio Verne algunos de ellos pertenecieron a la Sociedad de la Niebla.

 Este libro inspiró a pintores como Delacroix o Poussin. Basta con pasear por el Claustro de la Universidad de Salamanca, para ver en sus paredes grabados de este libro. Es más, hay zonas de los jardines de Aranjuez y de Versalles, que están sacados de las ilustraciones del “Sueño”.

Quizás éste sea un manual en clave donde se expresa una doctrina que se quería salvaguardar de las persecuciones. Una doctrina basada en  las corrientes neopaganas que practicaban en la
Academia de los Príncipes y en las sociedades secretas de la época. Quizás ese amor a Polia sea el simbolismo de un amor a esos conocimientos heréticos y secretos. En los útimos tiempos se ha creado en Valencia unos jardines basados en el libro El sueño de Polifilo cuyo autor es Francesco Colonna.



martes, 26 de abril de 2016

UNA PINTORA EN LA CORTE

      Como curiosidad os diré que el Museo del Prado sólo tiene expuestas tres pinturas realizadas por mujeres y en los tres casos son de la misma autora Sofonisba Anguissola.
   Es una triste evidencia y las dificultades que sufrieron las mujeres en aquel tiempo. En el renacimiento el aprendizaje exigía que los alumnos se trasladasen a vivir a casa de su maestro y en el caso de las mujeres resultaba poco apropiado.
   Las que se adentraban en el mundo de la pintura tenían prohibido estudiar anatomía y pintar desnudos, por lo que siempre estaban en desventaja con los hombres.Sin embargo Sofonisba destacó  en la pintura gracias a la ayuda de  su padre que pertenecía a la nobleza genovesa siendo amante del arte y la humanística quiso que sus hijos recibieran  la misma formación.
   Ella  acompañada de su hermana Elena las envió a estudiar con el maestro Bernardino Campi y cuando éste se trasladó de ciudad continuó sus estudios con el maestro Bernardino Gatti conocido como “el Sojaro”.
    A los veinte años destacaba sobre todo en los retratos y en 1554 se fue a Roma a continuar sus estudios allí conoció a Miguel Ángel Buonarrotti.
      Gracias a los contactos de su padre conoció a Miguel Ángel que la orientó, aconsejó y le enseñó durante dos años.
   En 1558 Sofonissba se trasladó a Milán donde el Duque de Alba le encargó un retrato, quedó tan satisfecho que la recomendó a Felipe  así fue como con veintisiete años era invitada por Isabel de Valois como dama de compañía y pintora de la corte.
   Desde ese momento realizó numerosos retratos de la familia real estuvo en la corte durante veinte años y trabajó en colaboración con Alonso Sánchez Coello cuya obra influyó en su estilo lo que contribuyó a errores en la atribución de varias de sus obras.
   Uno de los retratos más célebres de Felipe II fue atribuido erróneamente a Coello en fechas recientes y también fueron adjudicadas otras de sus obras a Tiziano, Zurbarán e incluso El Greco por su altísima calidad y el hecho que no firmara sus obras realizadas en la corte.
  Tras la muerte de Isabel de Valois contrajo matrimonio con Fabrizio de Moncada, hermano del virrey de Sicilia por lo que se trasladó allí. Cuando enviudó se volvió a casar con un noble genovés.
  Sofonisba murió en Palermo a los noventa y tres años no sin antes ser retratada por Anton Van Dyc y recibir sus consejos.
 
 
 

sábado, 2 de abril de 2016

ZENOBIA, LA REINA DE PALMIRA


Palmira era una provincia romana desde el siglo I d.C. aunque sus orígenes nabateos se remontan hasta el siglo IV a.C. Durante dos siglos aproximadamente, el reino de Palmira permaneció fiel al imperio Romano, por lo que se benefició de su situación estratégica como paso de las principales rutas comerciales entre Roma y Persia.

  Zenobia fue la segunda mujer del príncipe Odenato de Palmira con quién tuvo un hijo y éste ya tenía un hijo de su matrimonio anterior que  luego fueron asesinados.

    En ese momento ella logró deponer al pretendiente y reclamó la corona del reino para su hijo. Gobernó Egipto hasta el año 272, cuando fue derrotada y enviada como rehén a Roma por el emperador Aureliano.

El reinado de Zenobia fue muy corto, del 267 al 272, pero consiguió dar un esplendor como nunca antes se había visto en la ciudad siria. La reina inició una serie de trabajos para fortificar y embellecer la ciudad de la cual hoy día aún se pueden contemplar sus imponentes ruinas. Grandes columnas y colosales estatuas, templos, monumentos y jardines lo completaron.

   Zenobia no se conformó con embellecer su ciudad sino que también emprendió una importante campaña expansiva de su pequeño imperio.  No dudó en aprovechar aquella débil coyuntura del imperio al que sus predecesores sirvieron. Así, en el año 269 las tropas de Palmira consiguieron dominar un vasto territorio comprendido entre Asia Menor y Egipto.

  Sintió siempre una gran admiración por la reina egipcia Cleopatra. No sólo imitó su estilo estético y llegó incluso a usar parte del ajuar perteneciente a Cleopatra..
El año 270 el emperador Aureliano tomaba las riendas del Imperio Romano estabilizó la frontera del Danubio y puso orden en las distintas zonas de conflicto. La última reina de Palmira fue finalmente derrotada en Emesa.    Aunque consiguió huir, ella y su hijo fueron capturados en el río Eufrates cuando intentaban llegar al reino persa en busca de asilo.

El esplendor de Palmira duró escasos cinco años. Mientras la ciudad de Palmira era destruida por orden de Aureliano, su reina era trasladada a Roma prisionera se dice que el emperador quedó tan impresionado por Zenobia que la liberó, otorgándole una villa en Tibur  donde se convirtió en una dama destacada de la alta sociedad, viviendo como una matrona romana más.
 


                                                 Bajada de la red.