martes, 26 de abril de 2016

UNA PINTORA EN LA CORTE

      Como curiosidad os diré que el Museo del Prado sólo tiene expuestas tres pinturas realizadas por mujeres y en los tres casos son de la misma autora Sofonisba Anguissola.
   Es una triste evidencia y las dificultades que sufrieron las mujeres en aquel tiempo. En el renacimiento el aprendizaje exigía que los alumnos se trasladasen a vivir a casa de su maestro y en el caso de las mujeres resultaba poco apropiado.
   Las que se adentraban en el mundo de la pintura tenían prohibido estudiar anatomía y pintar desnudos, por lo que siempre estaban en desventaja con los hombres.Sin embargo Sofonisba destacó  en la pintura gracias a la ayuda de  su padre que pertenecía a la nobleza genovesa siendo amante del arte y la humanística quiso que sus hijos recibieran  la misma formación.
   Ella  acompañada de su hermana Elena las envió a estudiar con el maestro Bernardino Campi y cuando éste se trasladó de ciudad continuó sus estudios con el maestro Bernardino Gatti conocido como “el Sojaro”.
    A los veinte años destacaba sobre todo en los retratos y en 1554 se fue a Roma a continuar sus estudios allí conoció a Miguel Ángel Buonarrotti.
      Gracias a los contactos de su padre conoció a Miguel Ángel que la orientó, aconsejó y le enseñó durante dos años.
   En 1558 Sofonissba se trasladó a Milán donde el Duque de Alba le encargó un retrato, quedó tan satisfecho que la recomendó a Felipe  así fue como con veintisiete años era invitada por Isabel de Valois como dama de compañía y pintora de la corte.
   Desde ese momento realizó numerosos retratos de la familia real estuvo en la corte durante veinte años y trabajó en colaboración con Alonso Sánchez Coello cuya obra influyó en su estilo lo que contribuyó a errores en la atribución de varias de sus obras.
   Uno de los retratos más célebres de Felipe II fue atribuido erróneamente a Coello en fechas recientes y también fueron adjudicadas otras de sus obras a Tiziano, Zurbarán e incluso El Greco por su altísima calidad y el hecho que no firmara sus obras realizadas en la corte.
  Tras la muerte de Isabel de Valois contrajo matrimonio con Fabrizio de Moncada, hermano del virrey de Sicilia por lo que se trasladó allí. Cuando enviudó se volvió a casar con un noble genovés.
  Sofonisba murió en Palermo a los noventa y tres años no sin antes ser retratada por Anton Van Dyc y recibir sus consejos.
 
 
 

2 comentarios:

  1. Muy curiosa historia, nunca había reparado en la poca, más bien nula, presencia de la mujer en el Renacimiento. Por cierto, es Buonarroti. Un placer!!

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  2. Muy intetesante sin duda. La hulla de la mujer en muchas épocas es practicamente inexistente o bajo firmas masculinas.

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