martes, 31 de mayo de 2016

MI AVENTURA GRIEGA (FINAL)


    A la noche siguiente después de la cena dejamos las maletas en la puerta del camarote, pues desde Venecia cogíamos el vuelo de regreso a Madrid.

    Nos esperaba un último día en el barco navegando. Amparo y yo pensamos que una buena forma de pasar la mañana sería darnos un masaje, utilizando los servicios de Spa para relajarnos,  nos tumbaríamos  frente al mar en una sala luminosa y acristalada. Pasó la mañana casi sin darnos cuenta.

    Después de comer y tomar un aromático café volvimos al camarote a dormir  la siesta.

     A pesar del  maletón que había traído Amparo no le cabían sus cosas y a mi me sobraba espacio y kilos de equipaje. Uf...¡Qué jaleo! Mañana queda Venecia y algo compraremos. Salimos a dar una vuelta por cubierta para ver la animación de la gente, la inmensidad del mar y las estelas que deja el buque al navegar.

    Después de cenar fuimos al teatro nos esperaba una actuación espectacular la cual finalizó con un desfile de banderas y con nuestro himno. Era en homenaje por  haber ganado nuestra selección la Copa de Europa. Nos emocionamos y a su conclusión rompimos con fuertes aplausos.

 Ya llegó el día, atracamos en la laguna nos aproximamos en un ferry  muy cerquita del puente de los suspiros, a partir de ahí nos fuimos a recorrer los canales y subimos al emblemático puente Rialto. Encontramos una tiendecita escondida que surtía de gran cantidad de objetos a muy buen precio. Los pendientes en plata de máscaras y cristal de Murano, cuadros, máscaras de carnaval, etc.

    De pronto comenzó a llover nos refugiamos en los soportales de la Plaza de San Marcos, cada vez llovía con más intensidad y nos compramos unos paraguas  para acercarnos al buque pero el agua nos cubría por los tobillos. Venecia se inundaba y nosotras también. Menos mal que las fotografías las hicimos al comienzo de la visita, si no, no tendríamos ninguna. Nos quedamos sin tomar un café en uno de los muchos cafés que hay en la Plaza de San Marcos, lo bueno que nos ahorramos un buen dinero ¡Qué precios! están por las nubes, menos mal que los ponen al lado de la puerta…

    Con tanta agua  nos recogieron en el ferry para embarcarnos y aproximarnos al aeropuerto. Después de comer nos fuimos al aeropuerto a coger el avión que nos llevaría de regreso a Barajas. Pasamos la noche en Madrid por la mañana en Chamartín tomamos el tren para Alicante.
  Han pasado los años y su recuerdo permanece imborrable en mi memoria.









 
  ©  Todos los derechos reservados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario