Corre por todo
el noroeste argentino una hermosa y triste leyenda sobre el clavel del aire,
planta que vive pendiendo de los troncos o ramas de viejos algarrobos o entre
los peñascos.
Cuenta la leyenda que durante una reunión de amigos, un joven oficial español se enamoró de una india conocida por Shullca, la que en ningún momento correspondió al apasionado amor de aquel. Juró entonces vengarse de la que así despreciaba su cariño, y una tarde en la que la halló sola en la sierra comenzó a perseguirla.
Cuenta la leyenda que durante una reunión de amigos, un joven oficial español se enamoró de una india conocida por Shullca, la que en ningún momento correspondió al apasionado amor de aquel. Juró entonces vengarse de la que así despreciaba su cariño, y una tarde en la que la halló sola en la sierra comenzó a perseguirla.
La niña en su desesperación, trepó a la rama más alta de un gran algarrobo que
el viento balanceaba amenazando derribarla. El joven le solicitó con buenas
palabras que bajara, prometiéndose respetarla si así lo hacía. Como la niña se
negara a ello, le amenazó con su puñal. Lo que no pudo la súplica, menos logró
la amenaza. Y entre despechado y furioso arrojó el arma que fue a clavarse en
el pecho de la pobre niña.
Como un pájaro cayó el cuerpo de Shullca en el vacío y tras él, el del oficial hispano.
Como un pájaro cayó el cuerpo de Shullca en el vacío y tras él, el del oficial hispano.
En la tradición
cristiana el clavel está asociado a la Virgen, cuentan que sus lágrimas al ver
a Jesus en la cruz se convirtieron en claveles al caer al suelo.
También han
estado ligados a los espías, porque entre sus pétalos se pueden esconder notas.
Finalmente en
un cuento de los hermanos Grimm, un mago transforma a su amada en un clavel
para poder llevarla consigo.
Ésta flor de
dulce aroma simboliza la inocencia y el amor.
Preciosa entrada, no conocía esta leyenda. ¡Saludos!
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