lunes, 7 de mayo de 2018

ALMA DE LETRAS


Llegado a los tres cuartos de su vida su energía vital enriquecida, decide volcar su experiencia y sentimientos sobre el papel. En un principio la tinta fresca y el olor de los folios le subyugaban, después la comodidad del ordenador dio paso a su creación compulsiva.

Al poco tiempo sus libros proliferaron en las editoriales su prosa cercana y culta, le catapultaron hacia el máximo galardón el premio Nobel de Literatura. Una mujer joven y vitalista le complementó en su trabajo y en lo sentimental.

Las vicisitudes que a lo largo del tiempo marcaron sus letras, su espíritu viajero le hizo recorrer el mundo recogiendo galardones y dando conferencias. Su interés por los problemas de la gente y la añoranza de su tierra portuguesa, no le impidió buscar un refugio templado en la vieja Iberia.

Rodeado de un jardín de vivos colores y el sueño de crear una biblioteca donde preservar sus obras y todos los libros acumulados a lo largo del tiempo, muchos de ellos duplicados o triplicados, ya que si en algún momento los  necesitó hojear le resultaba tedioso buscarlo y con suma facilidad lo compraba.

La Iliada la menciona en sus escritos, quizás en ella radique parte de su formación y el  impulso de escribir. La fuente de los clásicos la muestra en cualquier entrevista y su convicción de que solo cambia la evolución de las cosas pero el hombre sigue con los mismos miedos y las mismas eternas preguntas.

La fuerza radica en el ser humano con sus debilidades, equivocaciones y algunos aciertos.

Habla de la muerte, no por obsesión si no por la curiosidad del más allá, y la fragilidad de la vida, siempre respondía que la muerte es que un instante estás y al siguiente no.

Sabemos que desde el momento de la concepción nos preparamos para morir, la enfermedad cuando es fuerte rápidamente nos acongoja el sentimiento de si habrá llegado el momento de partir.

Su avanzada edad a pesar de los ingresos en el hospital, sigue retomando la ilusión por escribir, en cuanto da por terminado un libro, en lugar de relajarse  busca en su cerebro una nueva idea que le permita plasmar sus pensamientos y gozar mientras lo hace.

Mientras respire y hasta el último aliento llegue no hay minuto que perder la vida es un regalo.

Dudó que sin la mujer que le acompaña los últimos veinte años, llena de energía que seguro le insuflaría,  lo absorbió de tal modo  que crear otros mundos y viajar al continente americano varias veces al año parecía increíble.

Dejar vida y esperanza a través de sus letras a las generaciones presentes y futuras. La demostración viviente que no hay edad para hacer cosas y ejecutar difíciles empresas, cosechar éxitos, si no tan excelso como el suyo, al menos nos sean gratificantes para el cuerpo o el espíritu, y a ser posible ambos a la vez.
                                                        
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